En las primeras transmisiones en vivo, siempre estuvo Patricio Bañados:
En el primer Mundial de Fútbol.
En el primer partido de fútbol.
En la primera Parada Militar.
En el primer discurso presidencial de Arturo Alessandri.
Colgándose de los cables, en los techos de unas casas y con una tecnología totalmente artesanal, junto al equipo del Canal 9 de la Universidad de Chile se las arreglaron para llegar en directo a los televisores del país, por primera vez en su historia.
Un hito fue la transmisión en exterior a la recepción del Cardenal Raúl Silva Henríquez, quien llegaba de Roma tras haber sido investido. Con sólo dos cámaras: una exportada y otra realizada por estudiantes de Ingeniería de la Universidad de Chile, se hizo todo un despliegue para conseguir las imágenes.
Hacer una mejor televisión en el Chile de los 60 significaba, sin duda, arriesgarse: apostar a ojos cerrados por nuevos formatos y sin saber si es que a la audiencia les parecerá o no atractivo.
