El caso de Luis Rubiales sumó un nuevo capítulo este lunes. Ahora, la madre del suspendido presidente de Real Federación Española de Fútbol (RFEF) inició una huelga de hambre a modo de protesta por el trato que ha recibido su hijo.
El dirigente decidió no dimitir tras el beso dado a la jugadora Jenni Hermoso en la celebración de la obtención del Mundial Femenino, situación que generó un escándalo en todo el país ibérico.
Tras recibir críticas de autoridades, entrenadores y futbolistas, Ángeles Béjar, mamá del directivo, optó por encerrarse en una inglesia y no alimentarse hasta detener lo que denominó una "cacería".
La mujer se dirigió hasta la iglesia de la Divina Pastora de Motril, localidad al sur de España y de la que es oriundo el ex futbolista, para realizar una particular protesta.
En declaraciones a Agencia EFE, Béjar afirmó que se está dando una "cacería, inhumana y sangrienta que están haciendo con mi hijo con algo que no se merece".
Además, pidió comprensión por lo que está ocurriendo y se preguntó: "¿Por qué se están ensañando con él?", insistiendo que Rubiales "es incapaz de hacerle daño a nadie".
En ese contexto, familiares de Ángeles han llevado agua y algunos medicamentos a la iglesia, lugar en el que también estuvo un médico para comprobar el estado de salud en el que está.
Anteriormente, las 23 jugadores que ganaron el Mundial renunciaron a la selección hasta que el dirigente deje formalmente el cargo.
