Por Alejandro Sepúlveda Jara
¡Maravilloso! La naturaleza nos vuelve a fascinar, luego de las abundantes precipitaciones invernales, el desierto más árido del mundo ha vuelto a florecer. Miles de semillas y estructuras subterráneas estuvieron esperando la caída del agua y se conservaron gracias a sus características biológicas.
Este fenómeno natural atrae a los turistas, por lo que se deben tomar medidas para resguardar las plantas en la Región de Atacama. Cristián Atala, académico del Instituto de Biología de la Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) plantea que "lo más importante es no recolectar las flores. Porque al cortarlas evitas que esa flor se convierta en un fruto, dé semillas y se reproduzca en ese lugar".
El doctor en ciencias biológicas acotó que "Una recolección muy intensiva afecta negativamente a las poblaciones e impedirá que haya semillas para un próximo desierto florido".
"No meterse con autos, por ejemplo, porque eso aplasta las flores y produce el mismo efecto de dañar la estructura reproductiva antes que produzca la semilla. Lo mismo al caminar, tener cuidado de no pisarlas", recomienda el académico.
"La gente cree que cortar un ramito no pasa nada, pero sí tiene consecuencias, por eso hay que evitar la recolección, tratar de no romperlas o dañarlas al acercarse, porque en el fondo estoy dañando el futuro del desierto florido", advierte Atala.
El despertar de la vida en Atacama
El investigador cuenta que son cerca de 200 especies las que florecen, "Por ejemplo, Nolanas, Huillis, Pata de Guanaco, Garras de León y Añañucas. Estas y otras flores son geófitas, es decir, que presentan estructuras subterráneas de reserva (como bulbos y tubérculos). Por eso, aguantan largos períodos hasta que puedan rebrotar o germinar cuando caen las precipitaciones suficientes".
El desierto florido es el momento donde las especies se reproducen sexualmente y se pueden propagar. Esto es lo que perpetúa las flores para próximos eventos de desierto florido, es decir, el desierto florido de hoy genera las semillas para el futuro.
De acuerdo con el informe de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), el apogeo del presente desierto florido en Atacama se producirá a fines de septiembre e inicios de octubre.
César Pizarro, del Departamento de Áreas Silvestres Protegidas de CONAF, sostuvo en El Mercurio que "Se esperan grandes extensiones de flores en las provincias de Huasco y Copiapó (Región de Atacama), durante la segunda quincena de septiembre y primera quincena de octubre. Solo si las temperaturas no se elevan demasiado".
