La aerolínea no quiso arrendarle una silla porque ya habían gastado en un “arreglo”.
Viernes 10 de marzo de 2017 | 10:10
Bryan Montero, es un joven que dice haber pasado las peores vacaciones de su vida, ya que la aerolínea en la que viajó averió su silla de ruedas, la que aún no le devuelven, por ello tuvo que volver a endeudarse para comprar otra y así hacer su vida normal.
El joven compró un pasaje para viajar a Iquique, pero al llegar allá se enteró que su silla de ruedas eléctrica no funcionaba tras su paso por la bodega de la aeronave. Bryan pidió una solución y le dieron dos opciones: que cotizara la reparación en Iquique o dejarla para que la empresa se haga cargo del arreglo, llevándosela a Santiago. Esta última opción le pareció más al afectado, pero mientras se realizaba esto le facilitaron una silla normal, aun sabiendo que él padece de una atrofia muscular congénita, por lo que no puede impulsarse.
Luego del mal rato, vendrían más malas noticias. Para asegurarse de que el acuerdo de mantenía en pie, Bryan llamó varias veces para preguntar a la aerolínea sobre la silla y su actual condición, a lo que recibió una respuesta favorable, la estaban reparando en Santiago, pero todo cambió cuando llegó el día de regresar de las vacaciones.
Bryan llegó 3 horas antes de su vuelo para asegurarse que su silla estaba ahí, pero Alejandra Acuña, funcionaria de la línea área dijo de entrada que “no tenía una solución”, el objeto no aparecía.
Con todo el problema, el joven propuso que le arrendaran una silla mientras encontraban la suya, pero la respuesta fue insólita, no podían seguir haciendo gastos porque ya habían puesto dinero para el arreglo anterior.