Tiene muchas propiedades y suficiente dinero para regalar a quienes lo necesitan, además de jets privados, costosos autos y una vida llena de lujos. Aun así, Leonardo Farkas ha jurado que lo más importante para él es su esposa, Betina Friedman.
Lejos del perfil público de su marido, esta atractiva estadounidense suele estar fuera de las cámaras y poco participa de los eventos del rubio, pero lo apoya desde el anonimato.
Su gran debut mediático con Chile fue la primera donación millonaria que hizo Farkas en la Teletón en el año 2007.
Es diseñadora de profesión y por esas cosas de la vida terminó rodeada de empresario, terminando casada con el "hombre orquesta", el que conoció hace casi 25 años, en uno de los hoteles de su familia.
