Anita era joven tenía un vida humilde y quería surgir. Tuvo dos hijos lo que hizo que se apurara para realizar el sueño de salir de Chile a buscar nuevas oportunidades. Los problemas de visa en otros países lo llevaron hasta Japón.
La decisión estaba tomada y no sabía nada del país donde llegó y nadie la esperaba pero ella tenía claro que debía trabajar en lo que sea para sobrevivir. Así que busco a latinos en el país nipón. Ellos le recomendaron un trabajo muy lucrativo.
Un trabajo sensual y humillante a veces pero ella lo soporta, sin embargo se relaciona con distintos tipos de hombre, de distintos niveles sociales. Un cliente comienza a frecuentarla más de la cuenta, comienza a regalarle lujos. A ella no le gusta pero está cómodas con su cariño y la insistencia del japonés rinde frutos.
Anita esperó tener el dinero suficiente para regresar a Chile, pero el japonés la siguió para pedirle matrimonio. Se casan en nuestro país pero luego él debió volver, elle lo acompañó pero luego regresó a estar con su s hijos y la relación se dilató.
La santiaguina se gastaba los lujos el dinero que le enviaba el japonés tras el matrimonio. Varios bienes inmuebles. Y una casona en Chicureo. El nipón, sin embargo, fue condenado mientras que Anita se transformaba en una figura pública en nuestro país, mientras el paga culpas de negocios ilícitos.
