Cristian Arcos, editor de CHV Deportes, analiza las causas y responsabilidades detrás de la mala racha que enfrenta el Cacique. ¿La culpa es del técnico, de los jugadores o de los dirigentes?
El empate sin goles entre Colo Colo y Palestino, en un despoblado Estadio Monumental, fue el silencioso escenario para que el equipo de Héctor Tapia igualara un registro negativo en la historia del Cacique: diez partidos consecutivos sin ganar. Algo que no ocurría desde 1985, cuando el equipo lo dirigía Pedro García.
Haciendo un juego de palabras, nunca fue tan adecuado que se jugara un partido sin público en las tribunas, por el discreto nivel exhibido por albos y tricolores. Al menos, como consuelo, ambos entrenadores coincidieron en su análisis. Fue un pleito mal jugado.
Te puede interesar: Coquimbo se titula campeón y vuelve a la Primera A después de 11 añosColo Colo busca soluciones y culpables para este mal momento. Como suele ocurrir en las magras campañas, las culpas son variadas. Eso mismo explica que al final del camino nadie asuma la responsabilidad real de un año para el olvido en casi todos los planos.
Pegarle a Héctor Tapia es deporte nacional. Resulta fácil y sencillo. El entrenador tiene un alto grado de responsabilidad, obvio. No encuentra la vuelta al equipo y ha tomado decisiones, desde la cabina técnica, que no han aportado soluciones. Pero está lejos de ser el principal culpable. Es más, presenta como atenuantes el hecho de no haber conformado el plantel y acceder a cuartos de final de Copa Libertadores después de más de dos décadas. Clasificar a la Sudamericana es no sólo una obligación deportiva, sino una exigencia económica de cara al 2019.
Jorge Valdivia, Óscar Opazo y Agustín Orión son las honrosas excepciones que se salvan del bajo rendimiento general del plantel.
Pablo Guede también tiene un grado de responsabilidad no menor. Fue él quien armó este plantel. Como el archivo no muerde, recordemos que el ex entrenador se molestaba ante las reiteradas interrogantes por lo disparejo del equipo. En algunos puestos tenía variados recambios. En otros, ninguno. Guede no hizo caso, dejó a los albos con un punto en Copa Libertadores. Tiene atenuantes, seguro. No lo dejaron terminar su trabajo. Quizás le encontraba la vuelta al equipo. No lo sabemos.
Pero la gran responsabilidad de este momento es la confusión directiva. Colo Colo cambió de mando desde Aníbal Mosa a Gabriel Ruiz Tagle. Este giro en la ruta no fue por un proyecto deportivo por sobre otro. No fue un asunto de propuestas.
Fue resultado de una lucha de poder que no se detiene. Esa escasa claridad en la testera irradia hacia abajo. Cuando la cabeza está mal, difícil que el resto este bien. Colo Colo contrató un director deportivo, Marcelo Espina, quien elabora un plan para el año venidero. En teoría, una señal de seriedad que los albos no han tenido hace tiempo, más allá de buenos o malos resultados.
Te puede interesar: Más jefe que amigo: Marcelo Espina, el verdadero Cacique de Blanco y NegroPárrafo para los bajos rendimientos de buena parte del plantel, con excepciones honrosas que todos saben (Valdivia, Opazo, Orión).
En un torneo discreto, Colo Colo ha sido menos que eso. ¿De quién es la culpa? De todos. Y cuando esa es la respuesta, al final nadie asume la responsabilidad.