En entrevista con CHV Noticias, el presidente de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva sostuvo que "uno de los tantos problemas que nos tienen en esta situación es el problema de la comunicación de riesgo".
El presidente de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva (Sochimi), Darwin Acuña, comentó el panorama que observa de la pandemia de COVID-19 en Chile y específicamente en la medicina de urgencia, luego de que la semana pasada en el país se superara el millón de contagios totales.
En entrevista con CHV Noticias, el experto calificó como una "situación crítica, con mucho agobio y al borde de las saturación, eso es lo que estamos viviendo actualmente".
"Uno de los tantos problemas que nos tienen en esta situación es el problema de la comunicación de riesgo", sostuvo el médico, quien aseveró que "fue fuerte principalmente en los meses de verano, cuando estábamos en medio del permiso de vacaciones y el inicio de la vacunación, eso dio la sensación de relajo".
Junto a esto, el presidente de Sochimi detalló que el equipo base por paciente de urgencia que consta de un médico, una enfermera/o, un técnico paramédico y kinesiólogo, pero aclaró que por lo menos los dos últimos trabajadores se dividen entre varios pacientes.
Lee también: Adelanto del toque de queda y limitación de productos: Las restricciones que rigen desde este lunes"Dentro de los puntos del último decreto de la subsecretaría de Redes Asistenciales se considera a quienes han jubilado en medicina intensiva, ahí hay un montón de gente que puede ayudar", sostuvo |sobre la falta de personal que se necesita para operar en medio de la crisis sanitaria.
Al respecto, Acuña añadió que "estudiantes de último año de carreras de enfermería y medicina que puedan trabajar también se están sumando".
Pese a que sumar gente es necesario, preció que son profesionales que no tiene toda la experiencia deseada, por lo que "la sobrecarga que hay en el equipo es muy alta".
Lee también: ¿Es posible una variante chilena del COVID-19?En la misma línea, precisó que antes de la pandemia de marzo del 2020 tenían 900 camas de UCI, ahora se está llegando a las 4.000, por lo tanto "la disponibilidad de gente para trabajar es cada vez menor".
Finalmente, se refirió al contacto que ha tenido con pacientes con las nuevas cepas de COVID-19: "Ya sabemos algunas cosas, sobre todo en relación a la cepa brasileña, que son un poco más agresivas en términos de la contagiosidad y en algunos casos la gravedad, tenemos un temor que el desarrollo de cepas que vayan llegando y se vayan liberando dentro de la contagiosidad pueda tener más problemas, sobre todo en gente más joven".