Para todos los expertos y autoridades, la única solución para enfrentar la altísima congestión vehicular es lograr que los usuarios utilicen el Transporte Público. Sin embargo, hoy enfrentan una problemática compleja: la masiva fuga de conductores que ya no quieren trabajar en este rubro y que han puesto en jaque la óptima operatividad de los servicios y que ha escalado a otros.