Desde la llegada del nuevo coronavirus a Chile, los llamado a la central de Ambulancias Santiago han aumentado drásticamente, en su mayoría por casos de COVID-19 y muchos por sospechas. La noche es el momento más crítico durante la pandemia.
Un equipo de CHV Noticias acompañó a personal paramédico, a bordo de una ambulancia, en su recorrido por trasladar pacientes a los hospitales durante una noche. Conocimos de primera mano cómo es la situación en la que se encuentran en medio de la alta demanda por contagios del SARS-CoV-2 en la Región Metropolitana.
Pier Petrella, radio operadora de la estación de ambulancias, dice que uno de los principales problemas con la pandemia es que nunca saben con certeza si se van a encontrar con un paciente contagiado con COVID-19 o no. Ella asegura que a veces las personas no son claras con la sintomatología o desde los recintos de salud no les dan toda la información que necesitan.
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"Nos ha pasado que de hospitales o clínicas nos tapan información. Para nosotros es importante tener la información correcta, para que los chicos puedan tomar las medidas de seguridad", agregó.
Katherina Plaza, técnico paramédico, sinceró que "es un miedo, es un estrés con el que convivimos todos los días, porque tenemos el miedo de enfermar a nuestras familias, compañeros y a la comunidad".
Cada vez que vuelven de transportar un paciente con COVID-19 deben seguir un estricto protocolo de sanitización de la ambulancia, la que incluye su ventilación entre dos y tres horas, por lo que el vehículo queda inoperativo y retrasa el flujo.
Horas en espera
Una vez pueden atender el llamado de un paciente, la misma Katherina explica que "uno nunca sabe que si la persona tuvo contacto con un COVID-19 positivo, igual evitamos el mayor contacto".
Justamente, en el recorrido que los acompañamos, tuvieron que ir a buscar a un adulto mayor al que fueron a dejar al Hospital El Salvador, donde se le practicó el exámenes, el que arrojó positivo. Todo el proceso se demoró, hasta que el paciente fue internado, dos horas. Dicen que es poco.
"A veces esperamos horas para que recién nos puedan ingresar a urgencias para tomarle los signos vitales", contó Katherina.
Rabia y frustración
Una situación que complica a José Carrasco, conductor paramédico de la ambulancia: "Da rabia porque hay otros pacientes que están esperando la ambulancia".
La frustración se apodera de los paramédicos, quienes hacen los imposible para dar abasto en estos momentos. Y es que son un eslabón más de la vital cadena sanitaria que ya registra una ocupación del 97% de las camas UCI en la Región Metropolitana.
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"Puede ser entre tres y cuatro horas. Lo máximo que hemos estado acá son 12 horas, sin comer, sin nada", agregó Petrella, la radio operadora.
"Todos mienten. Uno como humilde trabajador ve todo lo que pasa con los funcionarios, con los pacientes, son cosas que duelen. Aunque el paciente no es nada de uno, pero el paciente sigue en ese estado y que no se acerquen a atenderlo... Es complicada la pandemia", zanja José.
26/05/2020
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