En la comuna la inactividad es notoria pese a que no hay cuarentena. De un total de 350 casas, poco más de 150 se mantienen habitadas. Según sus vecinos, el robo a estas viviendas ha aumentado o, al menos la percepción, ya que Carabineros dice lo contrario.
“Estamos cerrados desde el 15 de marzo”, relata Juan Carlos Navarro, dueño del Pub Nikolao de El Quisco, quien reconoce los fuerte que les ha pegado la crisis, primero tras el estallido social y ahora, aún más, con la suma de la pandemia.
Así de cruda y difícil es la realidad actual de locatarios y habitantes del litoral más cercano a Santiago, otrora destino inmediato de una gran cantidad de capitalinos que, debido a la cuarentena y medidas sanitarias, no han podido volver a disfrutar de las playas y su entorno.
La incertidumbre principal de sus habitantes radica en la continuidad laboral, tanto en negocios como otras labores, las que llevaban años e incluso décadas funcionando. Y si bien en El Quisco no rige una cuarentena obligatoria, la movilidad hacia ese balneario se ha visto bastante reducida.
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Otra experiencia es la de la trabajadora Michelle Sánchez, quien expresó su preocupación, ya que hasta hace algunos meses se desempeñaba como garzona: “Esto sucedió súper rápido y nos dijeron ‘ya no se puede’, aunque pensábamos que esto iba a durar poco”.
El pensamiento de Michelle representa al de varios habitantes del litoral, quienes jamás imaginaron que la enfermedad se transformaría en pandemia y que, posteriormente, paralizaría la gran mayoría de actividades que ahí se desarrollan, dejando sin trabajo a un gran número de personas.
No obstante, en cuanto a lo que es seguimiento y obediencia para mantener las medidas sanitarias impuestas por el gobierno, sus habitantes reconocen que la gente ha tenido un buen comportamiento, siendo bastante cuidadosos.
En ese sentido, cabe destacar que la semana pasada esta comuna registró 124 casos de contagio con sólo 3 fallecidos, cifras que confirman la percepción que tienen varios de sus pobladores.
Catalina Briones es una de las quisqueñas que corrobora la diferencia que hay entre El Quisco y Santiago, donde la gente no sigue al pie de la letra las recomendaciones.
Ella arrendaba un departamento en Santiago junto a su marido, pero poco antes del comienzo de la cuarentena total en la capital, decidió volver a su ciudad, donde notó de inmediato el cambio: “Hay sólo algunos momentos del día donde hay más personas, pero en otros se ve muy poquita gente en las calles. Las playas están vacías”, afirma.
Por aquella razón, al ser una zona que depende del turismo, la inactividad ha afectado sobremanera a los negocios. Muchos locatarios e inversores han debido sencillamente cerrar y despedir a sus empleados.
Lee también: Armas de guerra en manos equivocadas: Labocar investiga de dónde viene el armamento más peligrosoAsí lo reconoce Ramón Sepúlveda, quien creó el Centro Turístico El Quisco, un espacio con amplias piscinas y con más de 30 departamentos. “La empresa hace 4 meses tenía cerca de 55 trabajadores, donde incluíamos un restaurante el que hace una semana tuvimos que cerrar”, reveló el inversor.
De aquellos 55 empleados, Sepúlveda señaló que, a día de hoy, no son más de 7 trabajadores funcionando, en lo que es una triste postal de la realidad actual en el litoral.
Óscar Garrido, quien es parte de la junta de vecinos de El Quisco, revela que los robos a casas han aumentado de manera exponencial: “Hay una casa que se han robado como 6 veces y otra de más allá, al menos 5 veces. Además de otros varios intentos de robos a viviendas”.
Los vecinos incluso han tenido que aumentar las protecciones en unas casas que son en gran parte para veraneo. Por ende, varias de ellas están sin moradores, lo que facilita la actividad de los delincuentes.
Garrido explica que los propietarios, angustiados frente a esta situación, han tratado de organizarse instalando alarmas sonoras para persuadir la acción delictual, pero sin demasiado éxito. “Algunos vecinos incluso han decidido hacer rondas para vigilar”, destacó.
Lee también: Brote en hipódromo: Seremi confirma 18 trabajadores con COVID-19 y están a la espera de más test PCREl miembro de la junta vecinal añadió que de un total de 350 casas, sólo 152 están habitadas, por lo que las amenazas de robo se mantendrán según él.
Pese a estos testimonios, Carabineros informó que, de acuerdo a sus cifras, los aumentos en delito de robo a casas no han aumentado y, por el contrario, los números señalarían que han tenido una baja considerable en el ámbito de robos a viviendas.
“Porcentualmente, en comparación al año pasado, estamos en un 6% menos de robos”, aseguró el teniente Gonzalo García, de la Subcomisaría de El Quisco.
Finalmente, Dania Contreras, trabajadora de Dideco del municipio de El Quisco, respaldó el reporte de los uniformados, más allá de la sensación de los vecinos: “La situación de seguridad está bien controlada y regulada, gracias a un trabajo en conjunto entre la PDI, Carabineros y la Dirección de Seguridad Pública”, sentenció.