Cesáreo Gabaráin es el autor de "Pescador de hombres", "Tú has venido a la orilla" y otros conocidos cánticos litúrgicos, y quien ha sido acusado por ex estudiantes de un colegio español de varios hechos de abusos durante los años que estuvo en el recinto.
Nuevas denuncias de abuso sexual fueron realizadas contra un sacerdote de la Iglesia Católica, esta vez contra Cesáreo Gabaráin, el autor de conocidas canciones litúrgicas en España, Latinoamérica y Chile, como Pescador de hombres y Juntos como hermanos.
Las acusaciones fueron publicadas por diario español El País, donde hablan tanto denunciantes como familiares de los sobrevivientes del párroco que fue prelado personal de Juan Pablo II desde 1979 hasta su muerte en 1991.
Eduardo Mendoza, Manuel, hermano de César Aguilera -otro de los ex alumnos víctima de los presuntos delitos-, Joaquín y Pedro Tena, todos ex alumnos del colegio de los maristas de Chamberí de Madrid, entregaron sus relatos al citado medio.
“Era como el doctor Jekyll y mister Hyde, por un lado, un cura carismático, popular, amigo de deportistas famosos y del Papa, y por otro, un pederasta. Algo inimaginable para todos los que le admiran”, declaró Mendoza sobre el sacerdote, a quien denunció ante su tutor en 1978.
Si bien Gabaráin fue sacado del colegio tras la denuncia del por entonces alumno, fue puesto en el establecimiento de San Fernando, en la misma ciudad y gestionado por los salesianos. Dos meses después, Juan Pablo II le entregó el título honorífico. Incluso, al salir del centro marista donde estuvo 12 años, en 1979, Gabaráin fue nombrado vicario de la parroquia de Nuestra Señora de las Nieves.
Lee también: “Fue mi culpa”: Hombre que no se vacunó se contagió con COVID-19 y grabó un mensaje de arrepentimiento"Tenía carisma, era simpático, tocaba la flauta con la nariz, como un flautista de Hamelin, que atraía a los chavales”, sostuvo Pedro Tena, en tanto que Mendoza, hoy de 57 años, añadió que “te dejaba fumar en el despacho, con 13 o 14 años, cuando ibas a verle”.
Sobre el hecho de 1978, el mismo Mendoza recordó que "dormíamos cada uno en una habitación. Tras la primera noche, mi compañero de al lado vino muy asustado a contarme que Cesáreo se le había metido en la cama y le había metido mano. Había abusado de él. Aún recuerdo su cara de terror”.
Tras esto, hablar con un tutor, Aniceto Abad, al año siguiente el sacerdote abandonó el establecimiento: “Entonces se lo conté y se puso muy serio, dijo que era algo muy grave, y nos preguntó si le había pasado a más chicos. Salieron, que yo sepa, dos más. A partir de ese momento el hermano Aniceto se ocupó del tema y habló con las familias de los chavales. Cuando volvimos al colegio en enero de 1979, Cesáreo ya no estaba”.
“Era un depredador. Cuando nos duchábamos, bajaba a los vestuarios a mirar”, agregó Mendoza.
En tanto que César Aguilera contó que “mi hermano volvía a su cuarto de ducharse y el padre Cesáreo entró y empezó a decirle mientras intentaba abusar de él: ‘Eres un bichito malo’. Pero llegaron sus compañeros y le salvaron”.
Lee también: Velocista bielorrusa que abandonó JJ.OO. tras enfrentar al régimen subasta medalla por deportistas disidentesEl pesar y dolor de las familias continuó por año. Aguilera narró que en 1982 "televisaban una misa en directo desde el Bernabéu. En mi casa fue un shock ver a Cesáreo dirigiendo la orquesta de jóvenes con el Papa delante. Eso fue una muestra más de que a este tipo no se le castigó, de que la Iglesia no hizo absolutamente nada y que permitió que siguiera abusando de niños allá por donde fuera”.
En tanto que Pedro Tena, de hoy 66 dijo que a los 11 años Gabaráin “con la excusa de ayudarle con las letras, me llamó a su despacho, me pidió que me sentara en sus rodillas, y me metió mano, así, lisa y llanamente. Me empezó a meter la mano en el culo, debajo del pantalón. Me salvé por la campana porque llamaron a la puerta y aproveché para irme. Tenía reputación de ser, más bien, pescador de niños y no simplemente un mero manoseador. No creo en absoluto que lo mío fuera un caso aislado”.