El terremoto de Turquía se convirtió en uno de los más grandes y letales del país, con más de 22 mil personas fallecidas. Miles de brigadistas aún realizan trabajos de remoción de escombros y se han registrado milagrosos rescates tras 100 horas del movimiento telúrico. Uno de ellos tuvo como protagonista a un pequeño perro blanco que encontraron entre los escombros tratando de salir sin éxito por sus propios medios. Los rescatistas le dieron agua y lo sacaron de ahí para luego ponerlo en un lugar a salvo.