"Molesta y vergonzante", así definió Alique Perez la situación que vivió tras ordenar pollo frito a una famosa cadena de comida rápida. Aparentemente todo estaba bien, hasta que descubrió que su pedido venía con este objeto extraño al momento de querer cortar un trozo para darle de comer a su hijo.
Una incómoda situación vivió Alique Perez, en Manila, Filipinas, luego de realizar un pedido a través de delivery a una cadena de comida rápida famosa en dicho país. El problema fue que al obtener lo que pidió, se dio cuenta que venía un elemento extra bastante desagradable.
Según contó en una publicación en Facebook, compró pollo frito para darle a su hijo y todo iba bien hasta que empezaron a comer.
El problema evidenció cuando intentó cortar un pedazo de la carne, ya que ésta estaba tan dura que no pudo hacerlo. Por eso, decidió descubrir con sus manos cuál era el problema, quitando la fritura que cubría el supuesto alimento.
Lee también: Carrera de atletismo fue ganada por el camarógrafo que grababa a los competidoresFue entonces cuando se percató que se trataba de cualquier cosa menos pollo. De hecho, era una toalla frita.
"¿Cómo demonios es posible que pongas una toalla en el batido y además freírlo?", cuestionó, asegurando que fue algo "demasiado inquietante".
Incluso expresó que "en serio pensaba que otras publicaciones que se quejaban acerca de cosas raras metidas en sus órdenes, eran inventadas. Pero ahora sé que realmente sucede. Es tan molesto y vergonzante...", dijo, cuestionando la sanidad de la cadena Jollibee.
"La toalla contaminó el aceite y el rebozado del proveedor, así que ¿cuántos chickenjoys (nombre del plato) están afectados? No lo sabemos", concluyó.
Lee también: Descubrió infidelidad de su pareja gracias a una nota del amante pegada en el inodoroAl respecto, la empresa aludida emitió un comunicado de lo ocurrido en su tienda de Bonifacio Global City. Explicaron que "estamos profundamente preocupados por esto y hemos ordenado una investigación sobre este incidente".
Por otro lado, detallaron que debido al suceso la sucursal afectada fue cerrada durante tres días para revisar el proceso de preparación de los alimentos y asegurarse de que algo así nunca vuelva a suceder, tanto en dicho local como en el resto de los que componen la cadena.