Camila y Marisel
El abuso, la violencia y el alcohol marcan la relación de esta madre y esta hija que en Padres Lejanos enfrentarán sus rabias y miedos.
Martes 14 de enero de 2014 | 17:04
Marisel Goycolea es una mujer que ha sufrido violencia durante gran parte de su vida, lo cual le ha generado una muy baja autoestima y el que se cuestione y castigue por todo lo que ha vivido.
Debido a una fuerte depresión que la tuvo postrada en una cama, se despreocupó de Camila, quien debió enfrentar duros y lamentables episodios de abuso. Marisel se enteró de esto a los años y se culpa día a día por no haber estado presente.
Ella quiere darle una vuelta al destino y recuperar la relación con su hija a como dé lugar y comenzar una nueva historia sin ofensas ni dolor.
Camila Vergara es una joven madre de 20 años. Junto a Marisel crían a Chris, su pequeño hijo.
Camila deja gran parte del cuidado de Chris a Marisel, quien adopta muchas veces una postura maternal. Camila abusa de esto y se desliga de sus responsabilidades y su madre la culpa de no enfrentar los problemas y de siempre quedar ante el resto como la "víctima".
Está muy dolida con su madre y no tiene problema en culparla de todo lo malo que ocurre. Entre ambas hay mucho dolor y heridas que aún no cicatrizan.
PROBLEMÁTICA FAMILIAR
Camila cuenta que desde que nació, con su mamá anduvieron de casa en casa. Vivieron donde su abuela, donde su papá y también en casa de la hermana de su madre. Así fue hasta los 5 años de edad, cuando sus papás se separaron por violencia intrafamiliar.
Luego, su mamá conoció a su padrastro, con quien se fueron a vivir a la comuna de El Monte. En ese momento de su vida Camila odió a su mamá con todo su corazón, porque sintió que la alejaba de las personas que ella más amaba, que eran su papá y su abuela. Su papá hoy trabaja vendiendo verduras; ella siempre lo busca y él no le muestra interés. Lo extraña mucho.
Desde que llegaron a El Monte, su infancia fue estar sola. Su mamá cayó en una fuerte depresión que la llevó a estar postrada en cama. Pasaba casi todo el día durmiendo, sólo se levantaba para mandarla al colegio, cocinar y trabajar haciendo aseo en una empresa en la tarde. Ahí fue cuando el abuelo de su padrastro tuvo la oportunidad de abusar sexualmente de ella.
Camila sentía y veía cómo su mamá trataba de recompensar toda su ausencia llenándola de juguetes, ropa, zapatos y todo lo que ella le pidiera. "Y así me hizo una niña materialista".
Además, durante mucho tiempo vio a su mamá llegar borracha a la casa, y también recibió golpes de su parte. Hoy lo que más le molesta de su mamá es que sea muy influenciable. Pelean por todo.