En cuestión de días, Qatar será hogar de una nueva edición de la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA en la que 32 equipos disputarán 64 partidos, donde sólo uno se coronará como el mejor de todo el planeta.
Francia buscará revalidar la corona obtenida en Rusia 2018, sin embargo, existe la denominada “maldición del campeón” que ha afectado a las últimas tres selecciones ganadoras de mundiales, incluido el elenco galo.
Italia, España y Alemania han vivido en carne propia esta maldición. La “azurri”, campeona en Alemania 2006, fue eliminada en primera ronda del mundial de 2010. Misma situación vivió España, que tras coronarse campeón en Sudáfrica vivió un gran tropiezo en 2014. Y Alemania, campeona en el mundial de Brasil, diría adiós prematuramente en Rusia 2018.
En cuanto a los franceses, han vivido dos grandes maldiciones en su historia futbolísitca. Sin ir más lejos, tras obtener la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA en 1998, la escuadra gala se erigió como un elenco competitivo que buscaría mostrar sus pergaminos en Corea-Japón 2002.
Sin embargo, “les bleus” quedaron eliminados en primera ronda ante un grupo conformado por Uruguay, Dinamarca y Senegal. Un golpe profundo a la selección que años atrás había logrado importantes éxitos junto a figuras como Zinedine Zidane.
Precisamente, “Zizou” volvería a ser figura en Alemania 2006, aunque por un hecho que causó revuelo a nivel mundial. El cabezazo que propinó el galo a Marco Materazzi en plena final de ese mundial desencadenó una serie de cambios dentro de la selección francesa. Sin embargo, los subcampeones del mundo fueron eliminados en Sudáfrica 2010.
No contento con esto, nunca una selección que tenga en su planilla al Balón de Oro vigente ha conseguido levantar la Copa Mundial de la FIFA: el triunfo de Karim Benzema podría erigirse como un nuevo obstáculo para los dirigidos por Didier Deschamps.
¿Podrá Francia romper con ambas maldiciones o continuarán con este terrible legado?
