El roedor que casi era del porte del felino, no tuvo ningún tipo de problemas para acercarse al gato que descansaba apaciblemente.
Totalmente decidida y sin ningún temor, una rata de un tamaño considerable y similar al porte del felino se enfrentó a un gato que descansaba plácidamente a los pies de un puesto de frutas y verduras en Brooklyn en la ciudad de Nueva York.
Fue en aquel momento y de manera totalmente improvisa que apareció uno de los millones de roedores que habitan la Gran Manzana.
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En la interacción se ve cómo la rata se acerca inicialmente al gato de una manera más tímida, no obstante, y luego de unos segundos se le aproxima sin ningún miramiento y derribando el mito de que los ratones le temen a los gatos.
Fue de este modo que finalmente el gato optó por irse del lugar de conflicto, en una escena que fue grabada en todo momento por una persona que observaba atentamente la situación.