05/10/2021
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Más de 7 millones de chilenos y chilenas llegaron a sufragar, lo que culminó con un 55,99% de votos a favor del "No" y con un 44,01% de preferencias para el "Sí". Lo anterior quedó en los libros de la historia chilena, permitiendo la celebración de elecciones presidenciales el 14 de diciembre de 1989.
"Corrió solo y llegó segundo" o "Adiós general, adiós carnaval", fueron solo algunos de los titulares que los medios de comunicación de la época utilizaron para referirse al triunfo del "No" y la derrota del entonces gobernante Augusto Pinochet tras tomar el poder mediante un golpe de Estado en 1973 que derrocó al entonces Presidente electo democráticamente Salvador Allende.
El plebiscito había sido convocado por Pinochet para intentar revalidar su Gobierno de manera local e internacional, teniendo la intención de al menos permanecer en el poder por ocho años más.
No obstante, el triunfo del "No" el 5 de octubre de 1988 (hace 33 años) se impuso para dar inicio al proceso de transición para la recuperación de la democracia en Chile, luego que el ministro del Interior de la época, Sergio Fernández, asumiera la derrota con un punto de prensa emitido por televisión abierta en la madrugada.
Cabe consignar que la oposición de ese entonces se encontraba en un ambiente de escepticismo con respecto a la participación de la consulta, debido a la propia naturaleza de la militarización del país y por los dos plebiscitos que se habían llevado con anterioridad que estuvieron lleno de irregularidades.
En 1978 se llevó a cabo el primer referéndum durante la dictadura. El "Si", que era la opción de apoyo al Gobierno, ganó con un amplio margen de un 78,7%, sin embargo los resultados fueron cuestionados por la nula existencia de registros electorales, la falta de garantías mínimas de transparencia y la censura que sufrieron medios de comunicación en el proceso.
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La nueva Constitución, le dio la opción a Augusto Pinochet de asumir con el cargo de Presidente de Chile, manteniéndose hasta el 11 de marzo de 1990.
En ese contexto, en 1983, las miles de denuncias de violaciones a los Derechos Humanos y la crisis económica y social que azotaba la década detonaron las manifestaciones masivas y el constante descontento popular.
Incluso, el fallido atentado contra Augusto Pinochet en 1986, la represión posterior y el fracaso de la Iglesia Católica, llevaron a que activistas de oposición y políticos de la época comenzaran a buscar otras vías para poder recuperar la democracia y con ella derrotar al régimen militar.
En una entrevista de la BBC Mundo, Ricardo Solari, ex vicepresidente del Partido Socialista que participó en la camapaña del No, relató que en los puerta a puerta nunca se habían visto juntos un dirigente del PS junto con uno demócrata cristiano. "Existía la intención de lograr la unidad democrática del país y de superar conflictos y tensiones", aseguró Solari.
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"En el plebiscito hubo finalmente registros electorales, organización de la oposición, campañas políticas y un monitoreo doméstico e internacional que hacía de éste un proceso relativamente organizado, libre y con una sensación de legitimidad", afirmaron los periodistas Felipe González y Mounu Prem en "¿Por qué ganó el No?", un artículo periodístico publicado por el Centro de Investigación Periodística (Ciper).
Dado los antecedentes, más de 7 millones de chilenos y chilenas llegaron a sufragar, lo que culminó con un 55,99% de votos a favor del "No" y un 44,01% de preferencias para el "Sí". Lo anterior quedó en los libros de la historia chilena, haciendo posible la celebración de elecciones presidenciales el 14 de diciembre de 1989, dejando como ganador a Patricio Aylwin luego de 17 años de dictadura.
