La puntualidad es un
factor importante al momento de llegar a la sala de clases, pero hay lugares donde eso pasa a un segundo plano debido a que la lucha tiene que ir por un carril completamente distinto.
Esto es lo que ocurre en el
colegio Padre Álvaro Lavín de Maipú, recinto en el que lo realmente fundamental es que los alumnos estén presentes.
Los motivos de las ausencias son variados, algunas son
madres adolescentes o han debido trabajar para llevar dinero a casa, otros han sufrido violencia o han sido seducidos por las drogas o la delincuencia.
Muchos quieren romper la mano al destino y, pese a las dificultades, llegan al establecimiento para lograr completar su enseñanza escolar. La situación no es nada de fácil y las sillas vacías son signo de que algo pasó.
Al rescate de los desertores
Nayareth Vega, trabajadora social del colegio cuenta a
CHV Noticias que son varios los casos de jóvenes que dejaron de estudiar
"principalmente por malas experiencias en otros colegios. Tenemos chicos que han dejado de ir por haber tenido experiencias muy fuertes de bullying".
Y por último, reconoce que hay "un porcentaje que
están con medidas cautelares y tienen que ir a firmar todas las semanas por situaciones judicializadas".
Precisamente, Nayareth y un docente,
Simón Palma, van directamente a la casa de los estudiantes a enterarse de las razones de las ausencias, donde encuentran motivos sorprendentes, pero no tan desconocidos para ellos.
"Cada estudiante,
si bien es un número en el libro de clases, también es una historia. Una persona de la que tenemos que saber qué está pasando para poder entender por qué no están viviendo al colegio", señala el académico.
Simón insiste en que es fundamental "buscar alguna estrategia para que esto
no sea un impedimento para acceder a su derecho a la educación".
En un solo recorrido,
fueron a la casa de Luz (19) y de Darlyn (18), dos de las más de 50 mil estudiantes que solamente en 2022 abandonaron el sistema educativo.
La primera no ha ido durante todo
este año a terminar su primero y segundo medio. ¿La razón? Un bebé. En tanto, la segunda adolescente quería
empezar a trabajar para ayudar a la familia de su pareja, la cual la alojó tras la muerte de su madre. De todas formas, promete que en algún momento retomará sus estudios.
Por ahora, los profesores seguirán tocando puertas y
recorriendo barrios hasta encontrar a estos alumnos que han desertado del sistema escolar, buscando que ninguno se quede sin educación y explicando que ésta puede cambiar sus destinos.