El famoso diseñador abrió su corazón en La Divina Comida y abordó el difícil tratamiento que atravesó por el cáncer que le fue diagnosticado tiempo atrás, asegurando que lo más difícil fue enfrentar la "soledad del enfermo".
Un emocionante testimonio fue el que entregó el diseñador Nicanor Bravo en su reciente participación en La Divina Comida, dando a conocer detalles del difícil proceso que atraviesa debido a su diagnóstico de cáncer colorrectal.
En conversación con Sebastián Longhi, Angélica Castro y Daniela Castro, explicó que recientemente terminó su quimio y radioterapia, asegurando que "es terrorífico el tema".
Y es que el cáncer ha estado presente en su familia, dado que su padre, madre y abuelo murieron por lo mismo.
Continuando con lo vivido, el diseñador ahondó en las consecuencias de su tratamiento y afirmó que "te desploma (...) sos un ente echado en una cama sin poder hacer nada".
Pero esto viene acompañado además de algo que denómino como "la soledad del enfermo", y "no porque estés solo en sí, sino porque el enfermo está (solo) con su enfermedad por más que tengas 20 personas al lado tuyo (…), si no hubiera tenido a los perros no sé que hubiera hecho".
Al ser consultado sobre las amistades que cultivó con los rostros de la televisión por su trabajo, fue enfático en señalar que durante este proceso "no existieron ninguna de esas figuras".
"Gracias a Dios siempre tengo una gran amiga que ella siempre está, tengo una clienta que se llama María José que ella también siempre estuvo y aparecieron una pareja de chicas que viven acá al frente y ellas también", aclaró.
Pero como "famoso" en particular, señaló que sólo hubo alguien en el medio que tuvo un gesto con él y fue Macarena Venegas.
"La Maca se preocupó por mí, ‘¿qué necesitas?, ¿algo legal?, ¿te pago el teléfono?'", declaró, aclarando que hoy por hoy se encuentra en un mejor de estado de salud y a la espera de un procedimiento que defina el actual estado del cáncer.